sábado, 23 de octubre de 2010

Guerra Comercial el nuevo fantasma de la Crisis Económica Mundial

Tomado de El Clarín

Los ministros de Finanzas del Grupo de los 20 (G-20, países ricos y de desarrollo intermedio, entre ellos Argentina) reunidos en Corea del Sur no lograron ayer demasiados avances en un acuerdo que evite una “guerra comercial” , el nuevo fantasma que se coló en la crisis económica global.

Ayer Estados Unidos –cuya moneda se depreció en los últimos meses y es parte principal de los desequilibrios monetarios, que algunos países alientan para sacar ventajas en el comercio exterior – instó a los países con superávits comerciales a reformar sus políticas cambiarias, en una clara alusión a China, a la que se exige revaluar su moneda, el yuan.

Pero la propuesta de Washington podría chocar con la oposición de varios miembros del grupo, incluyendo países ricos como Japón o Alemania, ambos con superávits. De hecho, la delegación germana rechazó enseguida la idea y la nipona la calificó de “no realista”. Sólo Canadá pareció interesarse en la iniciativa de su vecino.

“Los países del G–20 con persistentes excedentes deben iniciar reformas estructurales, presupuestarias y políticas de tipos cambiarios para reforzar las fuentes internas de crecimiento y sostener la demanda mundial”, indicó en una carta el secretario norteamericano del Tesoro, Timothy Geithner.

Geithner definió a su vez objetivos concretos para limitar los déficit y superávit por cuenta corriente hasta el 4% de los respectivos PBI , según trascendió.

La cuenta corriente registra el ingreso y salida totales de divisas de un país por comercio e inversiones. Hoy los superávits de Alemania y China superan el 5% y el de Japón el 3%, en tanto el déficit de EE.UU. pasa del 3%.

El jueves había trascendido un borrador con un supuesto compromiso de acuerdo, bien que retórico, para balancear mejor una situación que, para algunos, podría derivar en proteccionismos que agraven la crisis global iniciada en 2008.

Pero ayer, en el primer día de reunión ministerial, de la que participan los responsables de las carteras económicas y de los bancos centrales del G–20, en la ciudad surcoreana de Gyeongju, finalizó con pocos avances. Habrá que ver qué pasa hoy al cierre.

La cita es de nivel técnico y preparatoria de otra que el 11 y 12 de noviembre tendrán también en Surcorea, pero en Seúl, los líderes políticos de los países del G–20.

Ayer los funcionarios trataron de allanar el terreno para hallar una solución a la posibilidad de una “guerra de divisas”. El borrador del comunicado final que se emitirá hoy al cierre del encuentro señala que el G–20 podría acordar que los países “se abstengan de devaluaciones competitivas” de sus monedas para favorecer sus exportaciones y se esfuercen por acercarse a un sistema de tipos cambiarios determinado por los mercados , informó la agencia de noticias local Yonhap .

El renovado conflicto en torno al yuan podría convertirse en el principal escollo para un acuerdo, dijeron analistas occidentales.

El G–20 debate asimismo cambios en el sistema de poder y de voto en el FMI para otorgar una mayor representación a las economías emergentes (los países del BRIC –Brasil, Rusia, India y China– están muy activos en esto) y una nueva regulación del sistema financiero mundial, una promesa que el G–20 hace desde 2008 pero tampoco ha logrado avances muy efectivos.

Su efecto en la Argentina

Tras la crisis de 2008, Argentina devaluó más de 25% el peso y luego pasó a un tipo nominal mantenido en torno a 4 por dólar, lo que controla con sus altas reservas. Saldría dañada, como todos, si hay un rebrote proteccionista por guerra comercial.

Obviamente afectaría a sus ventas de commodities pero también de manufacturas industriales, que están creciendo. Sufriría más presión de otros exportadores agresivos, y dañaría su industria local si no se volviera también más proteccionista. En todo caso, al G-20 Argentina fue con otros objetivos, dijo el ministro de Economía: que se avance en controlar más las finanzas, los paraísos fiscales y las calificadoras de crédito, las tres semillas de de la crisis global en 2008.

El caso argentino es distinto al de su vecino y principal socio, Brasil, que de hecho fue el primero en advertir contra una “guerra cambiaria”. Su real se apreció hasta 1,7 por dólar y aplica ahora una tasa a capitales que llegan a comprar bonos para evitar que ese flujo de divisas especulativas siga fortaleciendo al real y perjudique su comercio exterior.

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