jueves, 28 de octubre de 2010

Todo apunta a que Dilma será electa la nueva presidenta de Brasil este próximo domingo

Tomado de El Clarín

Dilma y Serra cruzan espadas con acusaciones mutuas de corrupción

POR ELEONORA GOSMAN

“¿Qué más puede venir ahora?”, se preguntaba un analista político después de ver el primer bloque del debate que los presidenciables Dilma Rousseff y José Serra protagonizaron el lunes a las 23, horas avanzadas de la noche para un día laborable.

A apenas 4 días de los comicios del domingo 31, el interrogante permanece sin responder. Como señaló la verde Marina Silva, quien cosechó casi 20 millones de votos en la primera vuelta, ambos aspirantes a suceder a Lula da Silva “perdieron la oportunidad que les dio la segunda vuelta para ampliar y subir el nivel de discusión”.

Expresó así el sentir de millones de ciudadanos brasileños que están “saturados” por las escenas de pugilato verbal entre ambos candidatos. Los expertos invitados por el sitio online Radar Político para analizar el rumbo del debate tuvieron una coincidencia: “Dilma lució más asentada que en otras oportunidades” y su adversario “no logró su objetivo de mostrarse en público como un líder carismático”.

De hecho, esta imposibilidad de modificar la imagen de intelectual inalcanzable (según define su enemiga Dilma eso es “arrogancia”) se notó en las nuevas encuestas publicadas ayer. Son de Datafolha. De acuerdo con esta consultora, ella lo aventaja en 12 puntos , lo que no es nada fácil de revertir en las escasas horas que quedan.

Lo cierto es que tanto uno como otro candidato no ahorraron diatribas en los primeros minutos del show televisivo en que se han convertido los debates. Las denuncias de corrupción volaron de un arco al otro. Pero de tanto insistirse en estos temas que afectan a ambos bandos, se terminó por banalizar el asunto. “El fue mucho más agresivo, pero no golpeó lo suficiente como para dejarla grogui a ella”, comentó uno de los analistas.

La estrategia se basó en un dato: “A él le queda un único recurso para tratar de modificar la tendencia que muestran las encuestas. Robarle votos a ella”. Pero el argumento de la corrupción llegó a su límite como mecanismo para golpear en la candidata oficialista. Sobre todo porque el opositor terminó por ser pagado con la misma moneda. Dilma le recordó que él era gobernador cuando hace 6 meses se abrió una licitación en los subterráneos de San Pablo con ganador final preestablecido.

Hubo otras inconsistencias del postulante “tucán”, como denominan a las huestes de la socialdemocracia brasileña.

Las privatizaciones ocuparon el segundo lugar en la agenda de discusión . Serra acusó al gobierno de privatizar la explotación de las nuevas reservas de petróleo que se encuentran en el litoral marítimo brasileño.

Esta tentativa fue vista como “esquizofrénica” ya que las privatizaciones son parte de las banderas tradicionales del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB). Como dijo un columnista, “Serra vistió el antifaz y ahora quiere ser más estatista que el PT o, si se quiere, más realista que el rey. De esta manera, conspira contra su base social” sin que le agregue votos.

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