miércoles, 27 de abril de 2011

Catalina la Grande, la nueva princesa del Reino Unido

Por Flor Young

Catherine Elizabeth Middleton, la cenicienta del siglo XXI

No se puede dejar pasar desapercibido todo el frenesí y maremoto noticioso en relación a la “Boda del Siglo” o Boda Real Británica, acontecimiento que se estima, logrará momentáneamente paralizar al mundo con un cuarto de la población mundial siguiéndole por medios televisivos e interactivos. Ni siquiera la final del mundial de Sudáfrica logró concentrar tanto público y no digamos las semifinales entre los equipos salvadoreños de Primera División, Albos y Firpo (El Fútbol es el deporte de tod@s en El Salvador y confieso que yo las vería si estuviera el Aguila, que es mi equipo favorito).

Si, comprendo que mas de algún buen amig@ que me haga el honor de leer estas líneas, criticará un espacio para algo, digamos, un tanto frívolo, sin embargo, no podemos negar que este acontecimiento es todo un fenómeno en diferentes campos, sobre todo en al seno de la tradicional, austera y algunas veces remisa realeza inglesa y llegar a pasarlo por alto, sería hacer caso omiso de su impacto mediático e histórico.

Cuando Catherine Elizabeth Middleton el 29 de abril en la Abadía de Westminster diga “acepto”, se estará convirtiendo en la primera desposada en la realeza británica, en ostentar un titulo universitario, en que su madre sea azafata y en haber convivido con su entonces esposo, antes de casarse.

Pero lo que en particular me ha causado mucha admiración, es la actitud y gestos del Príncipe William, quien se ha esforzado en no repetir los errores de sus padres y verse atrapado en un matrimonio sin amor, lleno de apariencias, de los que tanto abundan y, en donde muchas veces la esposa se aviene a la comodidad de ser permisiva, de hacerse “del ojo pacho” y dejar pasar por alto las vergonzosas actuaciones de su cónyuge. En el caso de Lady Diana y el Príncipe Carlos, optaron por asumir dignidad y finiquitar su unión; aprendiendo su hijo mayor una lección que motiva su determinación a que Kate no sea herida dentro de un ambiente que puede estar lleno de una terrible frialdad oculta en excusas protocolarias.

En un mundo lleno de revueltas civiles, guerras, tragedias en general y mas de alguno por ahí que, por vivir en países subdesarrollados y tener una cuenta bancaria mas o menos respetable, creen que son “principitos” y pueden hacer lo que les venga en gana, resulta refrescante ver el desarrollo de una “historia de amor felizmente culminada” y apreciar a un príncipe por derecho propio comportarse como un verdadero hombre y caballero, seguro de lo que quiere y que, a pesar que como segundo en línea al trono, se esperaba que eligiera a su “princesa” dentro de algún selecto grupo de muchachas de origen noble o alto estatus, William Arthur Philip Louis Windsor, la encontró en Catherine Middleton, una joven cuyos orígenes familiares son mas bien modestos y cuya seguridad en si misma, tenacidad, inteligencia y cálido corazón se ganaron el amor, no solo de su príncipe, sino, del mundo entero.

Dorothy Goldsmith, quien falleció en el 2006, nieta de un minero e hija de un carpintero, casada con un albañil y asistente de ventas, es la abuela de Kate y estoy segura que donde sea que se encuentre, estará encantada de ver que su esfuerzo en ser el motor de su familia para procurar un mejor futuro, dá un salto cuántico en alcanzar la realeza inglesa en tan solo la segunda generación. Carole y Michael Middleton son los padres de la novia, ambos oficiales de aviación en British Airways, quienes, gracias a la creativa y emprendedora Carole, con la misma tenacidad de su madre Dortothy, inició una exitosa empresa de venta por catalogo de suministros para fiestas y de esa manera obtuvieron los fondos suficientes para procurarles a sus tres hijos una educación en las mejores instituciones de Inglaterra.

Kate y Will son una pareja joven, moderna y del nuevo siglo (¡En su fiesta habrá un DJ! ¡Nunca antes visto entre la realeza!), que si bien tienen que cargar con las exigencias del entorno de éste último y acarrearlas con dignidad, también han sabido mantener los pies en la tierra y estoy segura procurarán llevar un respingo de sencillez a su tareas reales, tal como lo han hecho durante su noviazgo en la casa que compartían, donde Kate cocinaba, hacia las compras y no tenían empleados domésticos.

Para su boda han solicitado que en lugar de obsequios, se efectúen donativos a una lista de obras de caridad que ambos patrocinan, lo que ha ocasionado, casi, casi un ataque al miocardio entre la vieja guardia de la realeza, así mismo, se han asegurado que entre los 1,900 invitados a la ceremonia se encuentren personajes comunes de la vida de Kate en su natal pueblo, Berkshite, para lo cual han invitado al carnicero, cartero, dueño del café que ella frecuentaba y al párroco local. Por cierto, entre los países invitados se encuentra El Salvador y no será la primera vez que se atienda una boda real, en la más reciente, el Presidente Francisco Flores asistió a la de Letizia Ortiz y Felipe, Principe de Asturias.

Muchos tienden a comparar a Lady Diana con Kate y si bien es cierto, ambas se convirtieron en preferidas del público, Kate entra a la extravagante familia Windsor con más edad, conociendo muy bien a su esposo, consciente de lo que enfrentará, prudente pero con un carácter determinante y, aunque debido a la estricta etiqueta de Buckingham, solo pueda ver a su abuela por matrimonio, mediante una cita arreglada por un secretario que anuncia a los visitantes por sus títulos (Dios nos libre de simplemente “caerle” a la reina), ya se ha dado a apreciar, pues además de modernizar la imagen de una trasnochada monarquía inglesa, criticada por generar impuestos altos para sufragar su vida de lujos (Según dato indicado por el grupo antimonárquico Republic, el 20 por ciento de los británicos quisiera acabar con la Corona).

Contribuirá además, a mejorar la deteriorada economía inglesa, generando exorbitantes ingresos debido al turismo e intenso mercadeo de su boda, lo que a la larga, también genera empleo para los británicos.

Les deseamos lo mejor a los nuevos esposos y que como en los cuentos…”Que vivan por siempre felices”…Colorín, Colorado…

3 comentarios:

  1. Excelente artículo, muchas gracias por su publicación y mis más sinceras felicitaciones a la autora del mismo. Me encanto la parte donde se refiere a: “En un mundo lleno de revueltas civiles, guerras, tragedias en general y más de alguno por ahí que, por vivir en países subdesarrollados y tener una cuenta bancaria más o menos respetable, creen que son “principitos” y pueden hacer lo que les venga en gana….”, recordándome de inmediato al actual Presidente de El Salvador y su esposa brasileña que no puede hablar español, quienes vienen de un pasado humilde, pero ahora creen ser más poderosos que la Reina de Inglaterra.

    ResponderEliminar
  2. También creo que este es un artículo muy bueno, uniéndome a las felicitaciones anteriores. Al leerlo me preguntaba: ¿Cuantos aviones privados a su disposición no tendrá el príncipe y Kate Middleton?. ¿Cuantas propiedades no serán de ellos?. ¿Con cuántos carros Ferrari, Porsche, Rolls Royce, Jaguar y de otras marcas lujosas no contaran?. Ellos tendrán todo eso y muchísimo más, pero guardan su humildad como principio de vida, mientras que aquí en El Salvador, el presidente y la carioca que es “primera dama” compran carros de lujo, pasean en avión privado (prestado dice él) y se compran propiedades en San Salvador, Brasil y Cangrejera últimamente (con los dineros de a saber quien, pues con el sueldo y las deudas que tiene con el palestino Salúme no le alcanza para todo esto), pero en lugar de recordarse de que vienen de vidas humildes, han adoptado la prepotencia y el orgullo de nuevos ricos. Esa es la diferencia entre la gente que vale la pena, como los príncipes ingleses y la que da asco, como el megalómano que gobierna por tres años más a El Salvador y su arrogante e insoportable mujer.

    ResponderEliminar
  3. NO LE PODRIA DAR UNAS CLASES LA PRINCESA A LA BANDA PIÑATA DE FUNES?, AUNQUE FUERAN DE INGLES, PERO TAMBIEN DE PROTOCOLO, PARA QUE NO NOS PONGA EN RIDICULO A LOS SALVADOREÑOS CON EL BICHO EN ANCAS, COMO CUANDO RECIBIO A LOS OBAMA. BUSCAREMOS TAMBIEN QUIEN LE DA CLASES DE ESPAÑOL Y MODALES A LA BRASILEÑA ESA. POBRECITO NUESTRO EL SALVADOR CON LOS FUNCIONARIOS SIN EDUCACION QUE NOS GOBIERNAN ACTUALMENTE. SOLO HALAR EL GATILLO Y LLENARSE LOS BOLSILLOS SABEN.

    ResponderEliminar