sábado, 16 de abril de 2011

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION Y VIOLENCIA JUVENIL

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El tema de la violencia juvenil está de permanente actualidad, al grado de constituirse hoy día en uno de los temas que más preocupan a la sociedad. En la forma de abordar la problemática por parte de nuestros líderes políticos y sociales es más que palpable la desorientación que existe, y que evidencia claramente la escasa o nula importancia que se le ha dado a la salud mental preventiva, y el desconocimiento de los mecanismos que la hacen posible. Llueven piedras, y nadie sabe ni de dónde vienen ni cómo pararlas; pero ya están rompiendo el casco del barco.

La violencia juvenil gratuita es un claro síntoma de deterioro de la salud mental. Se apunta a las escuelas, a la religión, y a la policía como mecanismos para la solución del problema, cuando lo único que pueden hacer es achicar con huacales la gran vía de agua abierta. A nivel político la imaginación no da más que para proponer que se lea la biblia en las escuelas, o construir más cárceles (Genial, ¡A ver que pasa cuando haya un millón de salvadoreños en la cárcel!).

Pero no veo que haya propuestas serias por investigar la raíz del problema. Es decir, no se trata de ver cómo se saca el agua que nos está inundando, sino de cortar primero la entrada de agua, y después tratar de sacar la que entró, porque, de lo contrario, pasaremos tratando de sacar agua eternamente, o hasta que el barco se hunda. Observo, además, una actitud general poco comprometida. Todos se preguntan “qué pueden hacer otros” por el problema; y nadie se pregunta “qué puedo hacer yo”.

Cualquier solución tiene que pasar por descubrir dónde, cuándo y cómo se deteriora la salud mental de los jóvenes. Si se investiga sobre estas cuestiones se verá que casi todo apunta a la responsabilidad de la familia y de la propia sociedad. La policía nada puede hacer por evitar ese deterioro. En cuanto a la religión, es más probable su éxito en la recuperación de la persona dañada, y a nivel de grupos reducidos, que en la prevención directa del daño; ya veremos por qué. No obstante, sí puede y debería ser eficaz en forma indirecta, es decir, a través de la familia.

En cuanto a la escuela, puede tener un papel de apoyo o de refuerzo en la prevención, pero no protagónico; si los actores principales fallan, poco o nada puede hacer la escuela, excepto en un aspecto en el que su papel es determinante, y al que a penas se dedica atención; y es la violencia juvenil como consecuencia del fracaso escolar. También abordaremos ese punto.

Cuando empecemos a comprender que las piedras que llueven son las que tiramos nosotros mismos, como familia, y como sociedad, empezaremos a ver las cosas más claras. ¿Que cuándo hemos tirado piedras? ¿Ven? Ni siquiera nos damos cuenta. En posteriores espacios se analizará con mayor amplitud el papel de la escuela, de la religión, y especialmente de la familia y de la sociedad en este tema.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario