sábado, 14 de abril de 2012

Las políticas de Igualdad de género abren espacios a la mujer

Tomado de Foreign Policy

Por David Kenner y Uri Friedman

Siempre estamos oyendo lo estupendo que resulta ser mujer en Suecia, ¿pero qué pasa con Suráfrica, España y Cuba?

Cuando pensamos en los mejores lugares del mundo para ser mujer, Europa del Norte es lo que primero que habitualmente viene a la cabeza. Y es cierto que países como Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia son perennes pesos pesados en los ránkings de igualdad entre géneros. Suecia, por el amor de dios, ofrece a las mujeres (vale, también a los hombres) 480 días de baja de maternidad pagada —a un 80% del sueldo— que pueden tomarse en cualquier momento hasta que el niño cumpla los ocho años. Pero el panorama es más diverso de lo que uno podría pensar. Como señaló recientemente el Independent, Ruanda es la única nación del planeta en la que las mujeres constituyen mayoría en el Parlamento, mientras que Burundi es el único país en el que tienen una participación más alta en el mercado de trabajo (un 92% de la población femenina en edad de trabajar) que los hombres (un 88%).

Por supuesto, queda todavía una gran labor por delante para lograr una mayor igualdad de género. Las mujeres, señala Oxfam, ganan solo un 20% de los ingresos del mundo, pero suman dos tercios de las horas de trabajo a nivel global. Poseen un mero 14% de los escaños parlamentarios del mundo (vea esta magnífica visualización de las mujeres en la política) y suponen más de dos tercios de los 1.300 millones de personas que viven en la extrema pobreza por todo el planeta.

No obstante en el ránking de 2011 del Foro Económico Mundial (WEF) que clasificaba a los países por las diferencias económicas, educativas, sanitarias y políticas entre hombres y mujeres también emergen un puñado de países que lo están haciendo sorprendentemente bien cuando se trata de estrechar las disparidades de género. Estos son los cinco que nos han llamado la atención.


FILIPINAS
No solo aparece la octava en la lista general del WEF, sino que además se sitúa la primera en "logros en educación" y "salud y supervivencia", y fue el único país asiático que disminuyó las diferencias de género en esas categorías en 2011. Recientemente, el Senado filipino aprobó una ley dirigida a acabar con la discriminación de género en el lugar de trabajo. Una "Carta Magna de las mujeres" de 2009 promete que el Estado "proporcionará los mecanismos necesarios para hacer cumplir y garantizar la realización de los derechos de las mujeres".

Los temas relacionados con el embarazo, no obstante, siguen siendo polémicos entre los filipinos, el 80% de los cuales son católicos. El aborto es ilegal, y el acceso a métodos anticonceptivos no está extendido. El Banco Mundial calcula que el 20% de las mujeres filipinas que quiere utilizar anticonceptivos no puede obtenerlos.

ESPAÑA

Siete de los diez países mejor situados en la lista del WEF están en Europa, así que quizá no sea una sorpresa ver a España ocupando el puesto número 12. Lo que es sorprendente, sin embargo, son los rápidos avances que España ha realizado en los últimos años para llegar a su posición actual. Allá por la década de los 70, el Gobierno español no permitía a las mujeres ejercer de testigos en un juicio ante un tribunal o abrir cuentas bancarias por sí solas.

El ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que gobernó de 2004 a 2011 y se proclamó orgullosamente feminista, convirtió los derechos de las mujeres en una de las preocupaciones centrales de su Ejecutivo. Al iniciar su segundo mandato en 2008, su gobierno  presentaba a nueve mujeres y ocho hombres —convirtiéndolo en el primer de Europa compuesto por una mayoría de mujeres. Pero a pesar de estas impresionantes mejoras, queda mucho trabajo por hacer: las españolas todavía ganan, de media, un 30% menos que los hombres.

SURÁFRICA/LESOTO
Suráfrica y Lesoto, un reino completamente rodeado por Suráfrica, son los dos únicos países del África subsahariana que llegan a situarse entre el top 20 de la lista del WEF. Suráfrica presenta unos resultados especialmente buenos en su participación en el poder político —las mujeres componen actualmente un 45% del Parlamento. Dos mujeres surafricanas están además representadas en la lista de la revista Forbes de las mujeres más poderosas: la consejera delegada de Absa Bank Maria Ramos y Nonkululeko Nyembezi-Heita, que dirige Arcelor Mittal South Africa, el mayor productor de acero de África.

Lesoto en realidad suma más puntos que Suráfrica en lo que se refiere a la igualdad de género, y puede presumir de no mostrar una brecha entre hombres y mujeres en los indicadores del WEF para la educación y la sanidad. Pero aunque puede que sea más igualitario, también está en mucho peor estado: su renta anual per cápita ronda los 1.000 dólares, según cifras del Banco Mundial, aproximadamente un sexto de la de Suráfrica, mientras que la esperanza de vida es de solo 47 años —nada menos que cinco años por debajo de la de su vecino.

LETONIA

El país báltico tiene sus problemas —sufrió algunos duros golpes durante la crisis financiera global, por ejemplo— pero continúa pudiendo presumir de un sólido historial en lo que respecta a la igualdad de género. En 2010 las mujeres representaban un 71% de los licenciados universitarios en Letonia, un 50% de los jueces del Tribunal Supremo y un 45% de quienes estaban empleados en el sector de investigación y desarrollo. La primera mujer en llegar a la presidencia de Letonia, Vaira Vike-Freiberga, supervisó la entrada de su país en la Unión Europea en 2004.

Letonia puntúa especialmente alto en igualdad en educación y sanidad, pero todavía sufre una significativa desigualdad de ingresos entre géneros. Según el Banco Mundial, las letonas ganan más o menos 80 centavos, de media, por cada dólar que llevan a casa sus equivalentes masculinos.

CUBA
En 2011, la isla acabó en el puesto número 20 del índice del WEF, consiguiendo la posición más alta en América Latina y el Caribe gracias a su gran proporción de mujeres entre la mano de obra profesional y técnica (el 60% de esos trabajadores son mujeres) y en el Parlamento (el 43%), y al alto nivel de inscripción en la educación primaria, secundaria y terciaria.

No obstante existen algunas realidades inquietantes detrás de estas cifras. El estudioso de Cuba Ilja Luciak ha señalado que existe una relación inversamente proporcional entre el poder de las instituciones políticas cubanas y la presencia de mujeres en esas organizaciones (la sumisa Asamblea Nacional cubana, por ejemplo, cuenta con un 43% de mujeres, mientras que el influyente Comité Central y el politburó son femeninos en menos de un 15%). Un informe de Oxfam de 2009 recogía que en Cuba están colisionando dos modelos culturales: “un modelo machista, que discrimina a las mujeres y todavía persiste en la sociedad de hoy; y un nuevo modelo que valora el derecho de las mujeres a la igualdad de oportunidades”.

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