domingo, 29 de abril de 2012

La lucha entre los vestidos y las corbatas continúa siendo desigual

Tomado de Gurú Político


Por Norma Inés Rivera
SUMA Twitter: @sumaigualdadmx

Limitado potencial de desarrollo por desigualdad y discriminación

No obstante que en la Unión Europea se encuentran algunos de los países más desarrollados, aún no se alcanza la plena igualdad para las mujeres y la participación de éstas en posiciones de primer nivel, es todavía escasa. 

De acuerdo con el Informe de Igualdad entre mujeres y hombres de la Unión Europea 2010, entre mayo de 2008 y septiembre de 2009, el índice de desempleo a escala de la UE aumentó con mayor rapidez para los hombres de 6.4 a 9.3 por ciento que para las mujeres -de 7,4 % a 9.0; sin embargo, en los últimos meses los índices de desempleo de hombres y mujeres han aumentado al mismo ritmo, y en la mayoría de países miembros, el desempleo sigue siendo más elevado entre las mujeres. 

Según el mismo Informe, se pone de manifiesto que, a pesar de los avances, todavía queda mucho camino por recorrer, ya que si bien se han incorporado más mujeres al mercado laboral, la cantidad no se ha visto correspondida por una mayor calidad de los mismos. Las mujeres aún trabajan más a tiempo parcial, abundan más en los sectores menos valorados, están peor remuneradas y ocupan un número menor de puestos de responsabilidad.

Las diferencias y desigualdades de género afectan directa e indirectamente al impacto de las estrategias de desarrollo y, por tanto, a la consecución de los objetivos de desarrollo generales.

Las mujeres representan la mitad de los recursos y del potencial de cualquier sociedad, por lo que éste continuará sin desarrollarse si las mujeres se encuentren limitadas a causa de la desigualdad y la discriminación. 

Es decir, el tema de la igualdad de género no afecta sólo a las mujeres sino que concierne a hombres y mujeres. Es una condición indispensable para un desarrollo sostenible, así como un indicador de desarrollo, según lo reconoce el Informe de Desarrollo Humano que elabora anualmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que señala que los países que presentan mayores desigualdades son Malta, Italia, Grecia y España. Y por el contrario, los mejor posicionados son Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. 

En España, las mujeres ocupan solamente 11.5 por ciento de puestos en consejos de administración y 22 por ciento de cargos directivos, a pesar de que la matrícula femenina en las universidades es mayor que la masculina; así como sus calificaciones, la situación cambia al integrarse al mercado laboral, donde sus aspiraciones se ven frenadas por la discriminación en razón de su género; sin ponderar el nivel, es una realidad que el sexismo persiste en la gran mayoría de las empresas españolas.

Esta situación se ha agudizado con las actuales crisis económicas por las que atraviesa la Unión Europea, cuyas consecuencias afectan principalmente a las mujeres, sin importar el país, ya que en el mercado laboral de los 27 países miembros de la UE, se observa una clara discriminación hacia las mujeres.

Es decir, más allá del nivel educativo, cultural o socioeconómico, la lucha entre los vestidos y las corbatas, continúa siendo desigual.

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