Por Waldemar Serrano

Sin querer queriendo, ya el primer trimestre del año se fue, se están
respirando los aires de la primavera y el verano esta a la vuelta de la
esquina.
Pero sin embargo es estos días en donde las personas hacen un detente de
sus “rutinas” diarias para reflexionar como les ha ido en lo que va del año.
Por su parte las empresas aprovechan estos días de “descanso” para analizar si las
proyecciones del año estaban correctas o si hay que hacer ajustes para poder
cumplir con las metas.
La inmensa mayoría de los seres humanos utilizan esta época para hacer una
introspección genuina de su propia espiritualidad y buscan alternativas
individuales y colectivas para incrementar esa conexión divina que les recuerda
su humanidad.

Agraciadamente estamos viviendo en unos tiempos en donde la conciencia se está
despertando de una forma grandiosa, en donde las personas por fin están
viviendo y entendiendo la diferencia entre lo que es espiritualidad y lo que es
la religión.
Por suerte, la inmensa mayoría de las personas están haciendo un detente en
sus vidas y están analizando las decisiones diarias que están tomando y como les
están beneficiando, no solo a ellos, sino a la comunidad a la que viven y a su
familia inmediata.
También están siendo conscientes de que las acciones van de la mano de sus
palabras, que si profesan tener fe, esperanza y amor, es un estilo de vida, y
no unas acciones concretas en unos momentos determinados del año.
Estamos viviendo en tiempos en donde todo el mundo, sin distinción de
colores, raza, sexo o cualquier otra diferencia están haciendo un detente, ya
que todos como colectivo estamos buscando nuestro propósito en la vida o mejor
dicho nuestra misión.

Esta semana en donde no se come carne roja, se veneran los altares, se
visitan las iglesias de las playas y las personas comparten con sus seres
queridos, es un buen momento para hacer un detente y ser agradecido de todo lo
que uno tiene.
Ese simple acto de reconocer con humildad todo aquello que uno tiene, es
simplemente la mejor manera de recordar quienes somos, de dónde venimos y todo
lo que hemos logrado y reconocer nuestra humanidad.
Hoy día que estás leyendo esto, no es más que un recordatorio de lo que ya
sabes, de lo que nace en tu alma diariamente, de lo que está en las células de
tu ADN y que mas allá de los rituales ancestrales, es un reconocimiento a
nuestra humanidad y al sentido de pertenencia de una raza que en su mayoría ama
incondicionalmente, sin distinción y sin prejuicios.
Waldemar Serrano-Burgos, CEC, ACC es
Life Coach Internacional Certificado, que trabaja en los mercados de Estados
Unidos, Puerto Rico y República Dominicana. Sígalo en Twitter: wserranob o
visite su página www.waldemarserrano.com
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