sábado, 7 de abril de 2012

El Principio de no contradicción en los políticos



Tomado de Gurú Político


Por Erick José Limas Maldonado

Cantinflas, en “Si yo fuera diputado”, exclama en el pináculo de uno de sus discursos “Y estoy aquí porque no estoy en ningún otro lado”. Enunciado en apariencia vacuo pero cuya estructura encierra al pilar fundamental que distingue a la lógica aristotélica de las lógicas paradójicas: el principio de no contradicción. Lógica clásica, lógica de segundo año de preparatoria. Josefina Vázquez Mota jamás la comprendió. Y para prueba su tesis de licenciatura.

En la página 1 de la introducción, afirma: “El presente trabajo pretende demostrar que la informalidad es un problema eminentemente legal...”. (1) Luego, en la página siguiente, escribe: “La economía sumergida o informal no es problema: es una solución a un problema creado por los obstáculos artificialmente levantados en una sociedad...”. (2) A ver Josefina, lógica de 2º año de prepa: No es cierto que la economía informal es un problema y que la economía informal no es un problema. Es lo uno o lo otro,  pero no pueden ser ambos. Si son ambos es una contradicción, y ese caso contradictorio se hace a un lado (axioma del tercero excluido). Es apenas la página 2 del apartado introductorio de una tesis de 192 páginas. Como Josefina afirma que la economía informal es un problema y que no es un problema, estamos claramente ante una definición contradictoria de informalidad. En ese caso, y dado que su objeto de estudio es la economía informal, lo que tendría que haber hecho es hacer bolita esas dos páginas y tirarlas al cesto de la basura (o hacerse un gorrito de marinero o avioncitos de papel, en fin, lo que sea, menos presentar esa aberración en su tesis; se habría ahorrado los desfiguros de las páginas siguientes). 

Vale la pena detenerse en la primera cita: “... la informalidad es un problema eminentemente legal...”. Para ella la raíz del problema reside en la “tramitología” (3): término coloquial usado para describir un entorno institucional ineficiente, pero inadecuado para el rigor metodológico que se pretende alcanzar en una tesis; el término dista de ser una categoría de análisis. No perdamos de vista que la candidata está escribiendo su defensa de grado, no un artículo para TVyNovelas

Esa cita refleja la pobreza de miras que Josefina tiene frente a una cuestión tan compleja como la informalidad. La economía informal, lejos de circunscribirse al entramado de leyes y reglamentos, pasa, antes que cualquier otra cosa, por un asunto de exclusión social, de mercados oligopólicos, de carencia de fuentes de financiamiento y de acceso desigual a oportunidades de estudio y de capacitación para el trabajo, entre otros. Con esa visión tan acotada fue Secretaria de Desarrollo Social. Y luego nos preguntamos por qué estamos como estamos. 

Una paginita más delante viene una idea que inquieta, y que está presente desde el título mismo de la tesis. Plantea Josefina combatir la informalidad, puesto que de lo contrario tendremos la “... rebelión de los pobres por medio del mercado...”. (4) Y he aquí la importancia que Leonardo Boff, en un artículo sobre Ratzinger, le da al subtexto del texto. Es decir, a lo dicho por lo no dicho. ¿Qué visión del mundo habita bajo las palabras de Josefina? Siguiendo a Weber, en particular a la imposibilidad de la neutralidad valorativa, lo que subyace bajo el texto de Josefina es una idea de inmovilidad social,  de impedir que el pobre, al buscar romper con su marginación vía la informalidad, altere el orden de un horizonte imperfecto aunque en armonía. Incluso el término mismo de “rebelión” subraya el carácter negativo atribuido por Josefina a la estrategia del pobre de optar por la informalidad. Estamos así en el mundo del pensamiento único y de la injusticia social, tan popular en sectores conservadores. Pero claro, hay de derechas a Derechas, y la de Josefina se escribe con minúscula y en Arial 12.

Esta visión del mundo empata con el artículo de Josefina sobre Pinochet, del que ya mucho se ha comentado. (5) Aunque hay un punto que ha sido pasado un tanto de largo, ambos textos corresponden al mismo año: la tesis la defendió en 1998, el artículo de Pinochet se publicó ese mismo año  y… ¡ah! también ese mismo año escribió “Dios Mío, Hazme Viuda por Favor”, que salió a la venta un año después. Tres obras sin parangón en un año que bien podría ser catalogado como el Nirvana Josefiniano; quizá sólo comparable a 1905, el Annus Mirabilis de Einstein, cuando publicó sus trabajos sobre el movimiento browniano, el efecto fotoeléctrico y la relatividad especial (minucias de segunda mano frente a las aportaciones de la gran Josefina). 

Resulta relevante esto de los años porque, al coincidir en el tiempo, tenemos un trasfondo ideológico en común entre la tesis y el texto sobre Pinochet, lo que respalda la interpretación ofrecida en un párrafo anterior. ¿Por qué? Bueno, nada más y nada menos porque el artículo sobre Pinochet es un elogio al manejo que tuvo este dictador de la economía chilena, convertida en vanguardia de la tecnocracia neoliberal y conejillo de indias predilecto de los Chicago Boys. Es en este universo del discurso en donde cobra sentido el subtexto del texto del maestro Boff, lo dicho por lo no dicho: la rebelión del pobre como el problema a combatir. 

Hasta aquí no hemos pasado de la página 4 de un texto de casi 200. Si el tiempo lo permite volveré al tema. Abundan las imprecisiones, los errores metodológicos, faltan citas, no sustenta sus dichos, no especifica en donde obtuvo los datos,  carece de un marco teórico, no demuestra lo que quiere demostrar, cae en la falacia de la generalización apresurada (quiere hacer “demostraciones” a partir de ejemplos –y muy chafas, como el gobierno de Francisco Barrio-). En fin, una tesis simple y llanamente mediocre. Tan mediocre como estos 12 años de gobiernos panistas. 


(1) Vázquez Mota, Josefina, “Informalidad: un problema de legalidad, la rebelión de los pobres”, UIA, 1998, p. 1 (Introducción).
(2) Op. cit., p. 2 (Introducción). 
(3) Op. cit., p. 3 (Introducción).
(4) Op. cit., p. 4 (Introducción).


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