sábado, 2 de abril de 2011

Dignificando la vejez



Al mencionar la palabra “vejez” lo hago a propósito, con el mayor de los respetos y con toda la intención de quitarle el sentido peyorativo que injustamente se le ha ido dando. Se le empezó a dar al relacionar equivocadamente lo viejo con lo inservible, con lo que a los viejitos, por respeto, se les empezó a llamar ancianos.



Con el tiempo la palabra “anciano” también iba adquiriendo un color peyorativo, porque únicamente había cambiado la palabra, no el concepto que la sociedad tenía; en esencia el anciano seguía siendo lo mismo, por lo que se inventó el término “persona de la tercera edad” para ver si de esa manera era posible hablar de la última etapa de la vida de forma digna y respetuosa, pero fomentando con ello el carácter peyorativo del término “anciano”, y más aún el de “viejito”.


No ha hecho falta mucho tiempo para que lo de la “tercera edad” también haya empezado a mancharse de indignidad, siempre por la misma razón, y la sociedad haya descubierto el término de “adulto mayor”, buscando la redención de la vejez de alguna misteriosa y grave culpa que nunca tuvo, pero que la sociedad parece ver cada vez más clara. Y tampoco pasarán muchos años antes de que el término “adulto mayor” deje de ser bien visto y sea sustituido por otro, tratando nuevamente de disimular con un nombre “digno” la marginación que la propia sociedad proyecta sobre esta parte de si misma.


Muchísimas personas afrontan esta etapa de su vida de una forma negativa y mentalmente poco saludable. En muchos casos eso es consecuencia de una falta de planificación y preparación para ello; pero es difícil que surja el estímulo para esa planificación cuando se entra en esa etapa sin asumirla, y no se asume porque se siente rechazo a ella; rechazo que, regado por la propia cultura, ha germinado y crecido a lo largo de todas las etapas previas de la vida; rechazo y marginación que cada día más la sociedad proyecta amparada por los valores de la cultura occidental actual, como el dinero, el poder, la productividad, la capacidad de trabajo, la eficacia, la fuerza, el sexo... precisamente aquellos que son inasequibles para la tercera edad.


Sería comprensible el rechazo a una situación desagradable y evitable, pero no deja de sorprender ese rechazo a una situación a la que inexorablemente llegaremos casi todos (las excepciones serán aún menos afortunadas), y que nosotros mismos nos empeñamos en que sea desagradable. Ciertas culturas orientales, como la japonesa, nos enseñan que no se trata del nombre, sino de actitud de respeto, pero no queremos entenderlo.


La vejez debería ser la etapa de sentir la satisfacción del deber cumplido y de disfrutar del merecido descanso, y de la tranquilidad de dejar de sentir el peso de las responsabilidades, viendo cómo la vida que heredamos tiene su continuidad en las siguientes generaciones, a lo cual en alguna forma hemos hecho nuestro aporte. Y ello seguramente sería mucho más fácil si la actitud del resto de la sociedad hacia la tercera edad fuese diferente.


-----------------------------------

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

7 comentarios:

  1. Buenos días:

    Es muy cierto que la forma de ver al adulto mayor es la marginación desde el momento en que se le relega de su vida habitual, aunque hoy en día la edad donde a la persona se le margina y se le hace sentir obsoleto ha llegado a los 45 donde el primer rechazo se da en el área laboral, y así continuamente. en el momento en que una persona que es totalmente activa deja de realizar su rutina habitual, se le lanza a un callejón sin salida y pierde orientación y sentido de su día a día. Ahora respecto a la cultura japonesa ellos son casi obligados a pagar cuotas a ascilos donde permanecen sus padres a los que deben visitar con cierta frecuencia para no ser multados.

    Los adultos mayores tienen muchisimo que ofrecen desde experiencia hasta una vasta forma de hacer las cosas bien echas desde el principio, ya que muchas veces tendremos solo una oportunidad para ser quienes somos y hacer lo que hacemos, es tiempo entonces de darles el lugar que merecen y vasta ya de prejuicios de edad, raza o credo todos somos seres humanos con ilusiones y metas con mucha vida por delante y que tenemos una historia que vivir y contar. Me niego rotundamente a que al adulto mayor se le haga de menos solo por ya no contar con la vitalidad o por no conocer de la actualidad, algun día seremos nosotros los adultos mayores.

    Muchas gracias

    ResponderEliminar
  2. Hola soy Ingrid González y me considero un adulto mayor, en donde metida en un cuerpo que no responde del todo, siento los años de experiencia y conocimientos que me ha dado la vida como elementos muy importantes de compartir. Tengo una fuerte lucha emocional, ya que trabajo parcialmente y apoyo a mis hijos con mis nietos, sin que por ello deje de realizar las actividades de cuidado personal y otras que me divierten como ir a gimnasia y otras actividades.Mi lucha es pensar en todo lo la sociedad juzga como esencial, que ya no puedo dar u obtner. Sin embargo, he decidido tener una actitud positiva, tomar nuevos riesgos, aunque me den temor, vivir intensamente, cómo si fuera mi último día, amar a mis hijos y nietos con pasión, pero sin que eso me robe la pasión por vivir mi propia vida y el respeto y amor por mi misma. Si el dinero me podría dar muchas cosas materiales, pero últimadamente nada me voy a llevar el día que me vaya. Mi consejo es disfruten esta etapa que les toca vivir y no le den lugar a la auto-conmiseración o lástima.

    ResponderEliminar
  3. La verdad lo que cita la doctora Margarita Burgos es lo que se vive hoy en día en la sociedad no importando estatus social y económico la discriminación y el daño que psicológico que se le hace a las personas del núcleo adulto mayor sin saber que todas las personas pasaremos a esta etapa deberían de existir campañas que se realicen para el respeto integridad física y mental para las personas y poder darles calidad de vida en esta etapa ya que ellos se vuelven vulnerables sensibles y regresan a la etapa de ser niños nuevamente y mi consejo es para todos los que tengan dentro del núcleo familiar personas mayores expresenles todos el amor entrega para los cuidados de ellos.

    ResponderEliminar
  4. Definitivamente existe grandes diferencias entre la edad adulta y la vejez, ya que, por ejemplo en la edad adulta uno se convierte en una persona ya madura o en otras palabras una persona con mucha experiencia en diversos temas y etapas de la vida, pienso que en la etapa de la adultez se vive una de las mejores etapas por ejemplo el ser padre de familia el poder orientar, guiar e instruir la vida de seres humanos que van detrás de nosotros, también en esta etapa ya se pierde la fuerza que uno tenia en la etapa de juventud uno es mas propenso a la debilidad de las enfermedades. ahora respecto a la etapa de la vejez, esta la considero como una de las mas difíciles de la vida, ya que la fuerza se pierde en su totalidad, a la vez en muchas ocasiones se tiene que depender de terceras personas para la supervivencia, que que en esa etapa uno depende del mantenimiento de los hijos en su mayoría. uno es propenso a adquirir enfermedades ya que las defensas para esa edad son demasiadas bajas dando como resultado un cuerpo, devil, tiene su parte linda porque para ese entonces uno ve a sus generaciones vivir y uno puede ser consejero hacia los hijos, nietos, bisnietos en otros casos tataranietos, por la experiencia durante la trayectoria de la vida. (Danny Jhonatan Pirir De León)

    ResponderEliminar
  5. Muy buen día.
    Tristemente en nuestra sociedad actual no le damos el valor que merecen las personas de la tercera edad, estoy totalmente de acuerdo en que esta debería de ser una etapa en la cual se disfrute del descanso que durante toda su vida se han negado.
    Creo que las generaciones de ahora no tenemos ni la mas mínima idea del valor que nuestros abuelos o incluso nuestros padres puedan tener, el poder sentarse con una persona de la tercera edad y escuchar las historias que tiene para contarnos es siempre motivo de asombro y alegría (por lo menos en mi caso).

    La sociedad fuese muy diferente si tratáramos a los adultos mayores como en verdad se merecen, yo he podido observar por ejemplo en los bancos que hay personas que hasta se molestan porque un adulto mayor pase antes o se salte la fila, también en los buses del transporte publico ya no somos capaces de ceder nuestro lugar a un adulto mayor.
    como cita el papa Francisco "Un pueblo que no custodia a los ancianos, un pueblo que no los respeta, no tiene memoria, perdió la memoria. Los ancianos son el tesoro de nuestra sociedad".

    ResponderEliminar
  6. Jessica Marroquín3 de octubre de 2017, 22:35

    Hola. Yo pienso que el trato hacia las personas de la tercera edad tiene que ver con la cultura.
    Esto poniendo como ejemplo a la cultura maya, pues desde dicha cultura se tiene un gran respeto a las personas mayores (aunque no es de manera total), se les ve como personas sabias que tienen conocimiento sobre la vida por sus experiencias y largo caminar por la vida. Cuando una persona joven está pasando por momento muy difíciles a las personas más adecuadas a las que se debe recurrir para pedir consejos es hacia los ancianos.
    Los abuelos y abuelas como se les dice en la cultura antes mencionada tienen el deber de transmitir los conocimientos sobre la cultura a las generaciones más jóvenes.
    En contra parte, existen culturas en las que las personas mayores son vistas como una carga dentro de la familia y le son violentados sus derechos. De ahí que opino, que todo es cuestión de cultura.

    ResponderEliminar
  7. Es triste y lamentable los términos con que se etiquetan a las personas que llegan dichosa mente a la tercera edad, términos como; viejos, veces tornos, vegetal, son ofensas mal dirigidas ya que se les toma como personas que ya no tienen nada que ofrecer a la sociedad, sin embargo ellos son un como un río que contienen un gran caudal de conocimiento y experiencia que podemos canalizar en orientación a las nueva generaciones y mantener un balance en la formación de niños, jóvenes y aun adultos que carecen de valores y principios. En la actualidad con el adultos vence el la tecnología y el uso de distintos accesorios tecnológicos se adultos vence perdido de manera considerable la formación del ser humano en sus aspectos éticos y morales. Y es donde podemos aprovechar la experiencia y formación de las personas más experimentadas omóplato o son las de la tercera edad.

    ResponderEliminar