jueves, 10 de febrero de 2011

Vicepresidente Egipcio plantea golpe de Estado como salida al conflicto

Agencias Noticiosas

El vicepresidente Omar Suleiman, virtualmente a cargo del gobierno egipcio, arremetió desde el martes y ayer con una serie de amenazas de represión que podría indicar una nueva e inminente estrategia del régimen para lidiar con la histórica rebelión democrática.

Suleiman venía ya con algunas dificultades con la Casa Blanca después de que el martes EE.UU. hubiera reaccionado con escándalo cuando el funcionario dijo que Egipto no está preparado para la democracia y decidió no eliminar la antipática ley de emergencia que libera las manos de la policía para violar los derechos humanos.

“No se puede continuar con una protesta de este tipo largo tiempo” , declaró hace 48 horas remarcando, en un documento, que la rebelión “tiene que terminar tan pronto como sea posible”. Y advirtió desafiante a los militantes de la plaza que “no hay final previsto para el régimen ni ninguna inmediata salida del presidente Hosni Mubarak de su cargo”, según consignó la agencia estatal Mena.

Suleiman se reunió el miércoles con un grupo de editores independientes egipcios. En ese encuentro con la prensa, avanzó con su caracterización de la crisis y las amenazas que la agencia del gobierno difundió inmediatamente.

“El gobierno quiere dialogar para resolver las protestas”, dijo. Y en tono de fuerte advertencia completó señalando: “Pero el gobierno no quiere negociar con la sociedad egipcia con herramientas policiales”.

Golpe de Estado como Alternativa

“Una alternativa es que suceda un golpe”, dijo. Un situación que “podría significar incalculables consecuencias y pasos precipitados incluyendo una enorme irracionalidad” “No queremos llegar a ese punto para proteger a Egipto” , remarcó sin aclarar de qué estaba hablando. Los editores le reclamaron explicaciones y dijo que no se refería a un golpe militar clásico. Dijo que aludía a “una fuerza no preparada para dirigir el país pero que puede destruir las instituciones”. Tampoco se entendió ese comentario.

Suleiman continuó con su breve discurso y sostuvo que “la presencia de los militantes en la Plaza Tahrir (de la Liberación), así como en otros sitios de la ciudad y de Egipto, genera ansiedad a los ciudadanos que tienen que ir a trabajar”.

“La presencia de los manifestantes en la Plaza y de algunas naciones satélite que insultan a Egipto y lo menosprecian hace que los ciudadanos titubeen en ir a trabajar’’, dijo Suleiman. El funcionario remató la presentación sosteniendo nuevamente en tono severo que “la campaña de algunos de los militantes para una desobediencia civil es muy peligrosa para la sociedad y no se puede aceptar”.

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